La normativa significa que las personas y los negocios australianos que operen con bitcoin tendrán que pagar este 10% cada vez que compren alguna cantidad de la criptomoneda, pese a que el impuesto a la venta en Australia no se aplica a las transacciones financieras ni a la compra de divisas internacionales. Las autoridades señalaron:
Una transferencia de bitcoin de una entidad a otra es un 'suministro' para propósitos tributarios. La exclusión de la definición de 'suministro' para las divisas no aplica para elbitcoin porque el bitcoin no es 'dinero' para el impuesto a la venta.
Esto afectará negativamente el desarrollo de un mercado fuerte del bitcoin enAustralia, pues complicará todas las transacciones realizadas con la criptomoneda. Para peor, el argumento de las autoridades deja entrever que para ellos el bitcoin no es una moneda, lo que afecta su reconocimiento como una divisa normal, pero basada en la Internet.